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lunes, 21 de enero de 2013

Descubierta una hélice cuádruple de ADN en celulas humanas

Estructura de la hélice cuádruple de ADN (derecha) y visualización de la misma
 estructura mediante microscopia en células tumorales humanas (derecha) 
El 25 de abril de hace 60 años, la revista "Nature" se hacía eco de una de las grandes revoluciones en el mundo de la investigación genética: el descubrimiento realizado por el físico inglés Francis Crick y el zoólogo estadounidense James Watson sobre la estructura del ADN conocida como doble hélice. Esta increible macromolécula contiene toda la información genética que será transmitida de generación en generación aunque sea parcialmente. Pues ahora, científicos de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) han descubierto que a parte de esta ya conocida doble hélice, el genoma humano también contiene hélices cuádruples de ADN. La investigación será publicada en la revista "Nature Chemistry", del grupo "Nature", misma familia en la que se publicó el descubrimiento de Watson y Crick


Estructura de la doble hélice de Watson y Crick
Ya se había demostrado previamente la existencia de estas monstruosas estructuras pero solo mediante experimentos in vitro. En dichos experimentos su presencia se consideraba más una curiosidad que no una figura habitual en la naturaleza. Está ha sido la primera ocasión en la que se han visto estas estructuras dentro de células humanas. De modo, que la historia del ADN aún se está redactando.

El Instituto de Investigación de Cambridge, lleva más de una década detrás de estas complejas estructuras en células humanas vivas. Su interés está más que justificado debido a que se especula con que haya una relación intrínseca entre estas estructuras cuádruples y la replicación del ADN, la cual sería crucial en el momento de la división celular.  

Ya es sabido por los investigadores británicos que las hélices cuádruples son más abundantes en el genoma de células que se dividen a mayor velocidad, como por ejemplo las células cancerígenas. De modo que estas nuevas estructuras se han convertido rápidamente en dianas para futuros tratamientos oncológicos. Aún falta mucho por recorrer.

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