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jueves, 22 de noviembre de 2012

El sol estalla de nuevo

Durante estos últimos días, los astrofísicos han podido apreciar una gran cantidad de actividad solar. Hace escasas horas, han captado desde el observatorio espacial STEREO de la NASA una eyección de masa coronal (CME siguiendo las siglas en inglés). Partículas y radiación a alta temperatura ha salido disparada desde la superficie del amo y señor de nuestro sistema solar hacia la inmensidad del espacio.

Esta gigantesca bola de plasma difiere de las conocidas llamaradas solares, estas últimas no conllevan la liberación de la gran cantidad de materia solar que conlleva la eyección. Las partículas emitidas durante este proceso podrían alcanzar la Tierra en un intervalo de tiempo de entre uno y tres días. Si la eyección apuntase directamente a nuestro planeta, estas particulas podrían afectar a los sistemas eléctricos y de comunicación de los que tanto depende nuestra civilización, avanzando a pasos agigantados por el camino de la tecnología. 

Imagen original captada en el observatorio STEREO
Las imágenes de esta nueva e impresionante eyección solar fueran tomadas el al martes a las 15:54 (hora peninsular), unas dos horas después de que las partículas fueran expulsadas del sol. Los modelos de las investigaciones realizadas en la NASA, basados en las observaciones de STEREO, muestran que el bombazo fue lanzado a la friolera velocidad de 724 kilómetros por segundo. Aunque parezca extremadamente rápido (que lo es) la realidad es que en conjunto, este ha sido un proceso lento si se compara con la velocidad media de estos acontecimientos. 

Las CME pueden ser responsables de un fenómeno meteorológico denominado tormenta magnética, que ocurre cuando las partículas emitidas golpean el exterior del envoltorio magnético de la Tierra, denominado magnetosfera, durante un periodo prolongado de tiempo. Hasta el día de hoy, ninguna eyección de esta velocidad ha causado tormentas geomagnéticas sustanciales y o problemas en las redes de telecomunicación, así que no hace falta alarmarse ni mucho menos. Los únicos efectos constatados de CMEs de similares características han sido auroras cerca de los polos magnéticos terrestres. A parte de este luminoso y fascinante efecto, difícilmente podamos observar otros efectos provocados por este plasma solar como perturbaciones en los sistemas eléctricos o interferencias con los equipos de GPS o los sistemas fundamentados en satélites de comunicaciones

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