Igual los asteroides y meteoritos no solo deberían contemplarse como una amenaza para la vida al estilo Armageddon. Según la versión menos radical de la teoría de la panspermia al menos los elementos básicos para la vida pudieron llegar a la Tierra después de un viaje cósmico a lomos de un asteroide. Esta hipótesis se ve reforzada cada vez que los científicos indagan un poco más en los meteoritos que se han encontrado desperdigados por la superficie terrestre. Desde agua a hidrocarburos se han encontrado atrapados en forma de cristales en el interior de estas rocas espaciales.
De nuevo, esta teoría vuelve a reforzarse después de la última publicación en Proceedings of the National Academy of Sciences, donde se ha detectado ribosa, un azúcar esencial para la maquinaria genética que rige la vida en nuestro planeta, en la estructura de dos meteoritos diferentes. Estos rastros de ribosa y otros azucares con estructuras similares se han detectado en 2 muestras de meteorito recuperadas una en Marruecos y otra en Australia. ¿No se habrán contaminado en nuestro planeta? Difícilmente. Está posibilidad se ha descartado midiendo los niveles de Carbono 13 (una variante o isótopo del carbono molecular que contiene un neutrón de más) presentes en los azucares encontrados, ya que este isotopo es más habitual en moléculas orgánicas originadas en el espacio que terrestres.
El equipo responsable de la publicación sospecha que estos azucares se formaron hace mucho tiempo por la reacción entre agua y formaldehido presente en el asteroide. Las simulaciones de laboratorio en condiciones similares a las espaciales han mostrado como estás reacciones son posibles incluso en microcristales hielo.
Estructura molecular de la ribosa junto a fragmento de meteorito |