Dr. Solomon Snyder |
Un equipo de científicos de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, dirigido por el Dr. Solomon Snyder asegura haber identificado un compuesto que puede ayudar a superar la dicción a la cocaína. Por ahora se ha demostrado que el fármaco bloquea el ansia por la droga en ratones adictos a la cocaína. El compuesto, cuya inocuidad en humanos ya ha sido demostrada, sigue en fase experimental antes de poder proceder a un ensayo clínico.
El Dr. Solomon Snyder, profesor en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, y su equipo han comprobado que este fármaco actúa a dosis muy bajas, y que además parece ser de acción muy específica, haciendo poco probable que conlleve efectos secundarios nocivos.
En la investigación también han trabajado Anthony V. Serritella, Tanusree Sen, Justin Farook, Thomas W. Sedlak y Jay Baraban, todos de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
El Dr. Snyder ha estado estudiando el cerebro durante décadas. Hace veinte años, él y sus colegas descubrieron que el gas óxido nítrico es un componente de gran importancia en la red de señalización compleja que permite que nuestras neuronas coordinen su actividad entre ellas.
Por lo visto en las investigaciones llevadas a cabo por el Dr. Snyder, el compuesto CGP3466B bloquea las proteínas encargadas de transportar el principio activo de la cocaína hacia los núcleos celulares donde actua. El fármaco ya fue probado en personas como tratamiento contra el Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica, donde no se apreciaron efectos secundarios provocados por el fármaco. Sin embargo no resulto ser un tratamiento eficaz.
Estructura 3D del compuesto CGP3466B |
El fármaco, CGP3466B, va a ser ahora puesto a prueba por el Instituto Nacional estadounidense sobre el Abuso de Drogas (NIDA) como un tratamiento para la adicción a la cocaína. El NIDA primero llevará a cabo más pruebas en animales, y entonces, si todo va bien, pasará a pruebas clínicas en personas adictas.
Tal como advierte Nilkanta Sen, del equipo de investigación, y que ahora está en la GRU (Georgia Regents University) en Augusta, Estados Unidos, se necesita investigar más para ver si el CGP3466B ejerce los efectos beneficiosos que parece generar. Por ahora, las perspectivas son prometedoras.
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