La producción sostenible de gasolina está cada vez más cerca. Un equipo de científicos coreanos ha conseguido, con técnicas de biología sintética, fabricar por primera vez gasolina sin necesidad de recurrir al petróleo ni a ningún combustible fósil. En lugar de petróleo han utilizado a una de las bacterias más estudiadas por el ser humano, la «Escherichia coli» (E. coli) (la misma que puso a Europa en jaque el año pasado con los pepinos y los brotes de soja). Vive en el interior del intestino, entre las heces humanas, y es responsable de muchos de los episodios de diarrea que padecemos. Pero también se puede manipular y conseguir que trabaje en nuestro favor.
Con ella se ha logrado producir insulina para tratar la diabetes e interferones para el cáncer. Ahora un grupo de investigadores coreanos ha conseguido manipularla para fabricar la primera biogasolina. Los detalles de este éxito científico se publican en la revista «Nature».
Se trata de un hallazgo revolucionario que podría acabar con la dependencia del oro negro. Hoy la mejor "alternativa" es el biodiésel procedente de aceites vegetales o grasas animales, sin embargo no pueden utilizarse en los motores modernos, pasando por alto que para obtener los aceites vegetales se borran de la faz de la Tierra una cantidad de hectáreas de bosque tropical monstruosa. La gasolina bacteriana sí sería totalmente compatible sin tener que modificar el motor para su uso. De momento, su capacidad de fabricación es mínima, aunque el grupo coreano ha logrado producir 580 miligramos de gasolina por litro cultivado. El objetivo a largo plazo es mejorar la producción y abaratar el coste.
No es la primera vez que se fabrica combustible con fabricación microbiana -recientemente un equipo de científicos británicos desarrolló diesel-, pero sí la primera vez que se puede demostrar la fabricación de gasolina, el combustible más demandado en el mundo.
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