El laboratorio Ross Nanotechnology, una empresa especializada en la fabricación de productos de acero, presentó por primera vez su recubrimiento superhidrófobo NeverWet en 2011. Entonces cualquiera quedaba impresionado por las imágenes de gotitas que salían disparadas al caer sobre una mesa o zapatillas blancas que seguían impolutas después de echar encima un buen chorretón de chocolate o mostaza. Los responsables de la compañía, que solicitaron trece patentes para el invento, aseguraron entonces que su producto se iba a hacer tan famoso como el teflón. Ahora, han dado el primer paso para que su predicción se convierta en realidad. NeverWet acaba de lanzarse al mercado en EE.UU. por 20 dólares. Un vídeo con nuevas pruebas del spray que repele todos los líquidos demuestra su eficacia.
NeverWet está especialmente preparado para proteger las estructuras de acero de la humedad y la oxidación, como costosas máquinas industriales. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que esa solución podía servir también para muchas más superficies.
Cuando un líquido se deposita sobre un sólido hidrófilo, las gotas se extienden completamente, con un ángulo de contacto muy cercano a cero grados. Cuando el material es menos hidrófilo este ángulo aumenta hasta unos 30 o 40 grados. Cuando el ángulo es mayor de 90 grados, la superficie es hidrófoba. Y en el caso del NeverWet, los ángulos alcanzan valores superiores a los 150 grados, evitando que la superficie se moje.
El spray repelente se puede utilizar en varias superficies, pero lo desaconsejan en vidrios y transparencias, pues cuando el contenido del aerosol se seca deja un aspecto de «congelamiento». Ya se prepara una nueva versión de secado rápido e invisible. Aunque el vídeo muestra la posibilidad de rociar el NeverWet sobre artículos electrónicos, sus fabricantes advierten de que igual no es una buena idea, ya que es fácil dejar alguna parte sin tratamiento en un descuido y el agua podría afectar al gadget. Sin embargo, en el vídeo puede verse un iPhone que se da un buen baño ¡seco!
Qué gracia!
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